la necesidad de disciplina en los niños

La necesidad de disciplina en los niños

Un niño debe aprender a respetar los derechos ajenos de la misma forma que sus derechos son respetados. Si el niño es tratado con consideración, estará más dispuesto a extender esta actitud cortés tranquilamente hacia los demás. La Dra. Montessori decía: “un niño obedece inmediatamente al adulto; sin embargo, si el adulto pide al niño que renuncie a aquellos institntos que favorecen su desarrollo, el niño no puede obedecerlo”.

Cuando un adulto le exige al niño que sacrifique sus instintos personales, el mal comportamiento y rebeliones no son más que muestras de un conflicto entre sus impulsos creativos y su amor por el adulto que erra en entender sus necesidades.

Debemos recordar que el niño nos ama y nos quiere obedecer. Un niño ama a un adulto sin ninguna condición. Esto no significa que debemos cumplir cualquier capricho del niño, o permitirle que interrumpa cuando se le pega la gana, o que sea destructivo y desconsiderado. Debe haber reglas para un niño siempre que sean pocas y bien claras. Y aunque sean pocas, deben ser respetadas constantemente. Podemos hacer que las reglas sean obedecidas sin necesidad de chantajear el niño, sino sencillamente establecer límites sencillos y ser fieles a éstos con firmeza y consistencia.

Reconocemos que las madres y los padres lidean con sus hijos no sólo unas horas sino todo el día, toda la tarde y toda la noche; por lo tanto, este consejo es dado con toda humildad. A decir verdad, es más fácil aconsejarlo que llevarlo a cabo.

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